Siempre me preguntan que por que me gusta usar anillos. Es una pregunta que por lo general, a todo mundo que me conoce, le brota a la mente.Y es que si, tenía esa manía de usar tantos anillos como pudiera (aunque ahora ya la controlado un poco), pero claro, esto tiene una razón de ser.
Los anillos para mí son muy importantes (al igual que los collares y las pulseras) pues representan algo especial que me pasó en la vida o a alguien importante para mí.
No puedo decir bien por qué tuvieron que ser anillos. No tengo ni la más mínima idea de por que escogí ese objeto en particular, sólo se que lo hice.Pero todos y cada uno de los anillos que he tenido tienen un significado especial, aunque no lo aparente.
Cada uno de los anillos que he escogido han sido, aunque aparentemente al azar, bajo una conciencia de que tienen que significar algo. Sea un patrón en el anillo, sea las piedras que tiene, sea simplemente por el material del que están hechos, todos y cada uno han tenido razón de ser, razón que jamás he compartido con nadie, y que jamás compartiré, pues es algo demasiado íntimo y personal. Todos y cada uno de mis anillos han sido una extensión de mi, o de mí memoria o amor por alguien, y el perderlos siempre me ha afectado.
Hace unos años, cuando por esta u otra razón tuve que ceder y quitarme todos mis anillos (entre otras cosas que tuve que perder también), en un principio me descontroló, pues no sabía bien a bien que es lo que iba a hacer sin estas extensiones... Pero después me di cuenta que no tenía por que "perderlos", y fue cuando decidí que todos esos anillos deberían de estar guardados ahí, junto con el resto de mis más preciadas memorias.¡, y ahí, hasta el día de hoy, lo más importantes, los que más significaban para mí, siguen escondidos. Tal vez algún día los vuelva a sacar para recordar su razón de ser... Pero sin lugar a dudas, ese tesoro personal que tengo escondido jamás lo perderé, pues me aseguré, en su momento, de que sólo yo pudiera encontrarlo...
Es por eso que tengo tantos anillos... Y es por eso mismo que aprecio tanto el valor de que alguien me regale un anillo que sea suyo... Para mí, aunque muy importante, el hecho de que me regalen un anillo que acaban de comprar, no se puede comparar con el hecho de que alguien me de un anillo que considere suyo.
Y es por eso, también, que he regalado tan pocos anillos propios en mi vida. Sólo a personas muy especiales le he regalado algo de semejante naturaleza... Y aún así, los anillos que he regalado nunca han sido protectores de una memoria, siempre han sido sólo esas extensiones de mí mismo, anillos que representan lo que soy o lo que fui.
Solamente a una persona en toda mi vida le he regalado un anillo protector de una memoria... Y a esa persona le regalé, paradojicamente, el anillo que guardaba su memoria, y muchos recuerdos que tenía de la persona. No sé si esta persona todavía lo conserva o no, pero espero que si, y espero que si por casualidad lee esto, entienda lo mucho que representó el darle ese anillo, aunque en su momento haya parecido meramente un acto desenfrenado...
He ahí la razón de mis amor por los anillos... Sólo por si alguien se lo preguntaba.
Los anillos para mí son muy importantes (al igual que los collares y las pulseras) pues representan algo especial que me pasó en la vida o a alguien importante para mí.
No puedo decir bien por qué tuvieron que ser anillos. No tengo ni la más mínima idea de por que escogí ese objeto en particular, sólo se que lo hice.Pero todos y cada uno de los anillos que he tenido tienen un significado especial, aunque no lo aparente.
Cada uno de los anillos que he escogido han sido, aunque aparentemente al azar, bajo una conciencia de que tienen que significar algo. Sea un patrón en el anillo, sea las piedras que tiene, sea simplemente por el material del que están hechos, todos y cada uno han tenido razón de ser, razón que jamás he compartido con nadie, y que jamás compartiré, pues es algo demasiado íntimo y personal. Todos y cada uno de mis anillos han sido una extensión de mi, o de mí memoria o amor por alguien, y el perderlos siempre me ha afectado.
Hace unos años, cuando por esta u otra razón tuve que ceder y quitarme todos mis anillos (entre otras cosas que tuve que perder también), en un principio me descontroló, pues no sabía bien a bien que es lo que iba a hacer sin estas extensiones... Pero después me di cuenta que no tenía por que "perderlos", y fue cuando decidí que todos esos anillos deberían de estar guardados ahí, junto con el resto de mis más preciadas memorias.¡, y ahí, hasta el día de hoy, lo más importantes, los que más significaban para mí, siguen escondidos. Tal vez algún día los vuelva a sacar para recordar su razón de ser... Pero sin lugar a dudas, ese tesoro personal que tengo escondido jamás lo perderé, pues me aseguré, en su momento, de que sólo yo pudiera encontrarlo...
Es por eso que tengo tantos anillos... Y es por eso mismo que aprecio tanto el valor de que alguien me regale un anillo que sea suyo... Para mí, aunque muy importante, el hecho de que me regalen un anillo que acaban de comprar, no se puede comparar con el hecho de que alguien me de un anillo que considere suyo.
Y es por eso, también, que he regalado tan pocos anillos propios en mi vida. Sólo a personas muy especiales le he regalado algo de semejante naturaleza... Y aún así, los anillos que he regalado nunca han sido protectores de una memoria, siempre han sido sólo esas extensiones de mí mismo, anillos que representan lo que soy o lo que fui.
Solamente a una persona en toda mi vida le he regalado un anillo protector de una memoria... Y a esa persona le regalé, paradojicamente, el anillo que guardaba su memoria, y muchos recuerdos que tenía de la persona. No sé si esta persona todavía lo conserva o no, pero espero que si, y espero que si por casualidad lee esto, entienda lo mucho que representó el darle ese anillo, aunque en su momento haya parecido meramente un acto desenfrenado...
He ahí la razón de mis amor por los anillos... Sólo por si alguien se lo preguntaba.