Pasó todo en unos cuantos segundos... Iba yo por la lateral de Periférico cerca de Mundo E, cuando un camión se me cerró de la manera más fea, y pa' acabarla de amolar, se dio un enfrenón para alcanzar a subir pasaje. Obvio, la cosa no le funcionó por que no alcancé a frenar y me estampé contra su defensa trasera. No era de los micros, era un camión de Izcalli, de esos morados altos. Mi carro... Bueno, si no es pérdida total, ya me hecho por lo menos 1 o 2 meses sin él. Como me metí en la parte de abajo del camión, pues el motor si quedó dañado. Obviamente, y siendole fiel a las tradiciones mexicanas, nomás vióque ya me estaban ayudando a acomdar el carro para que no estorabara, y se dió a la fuga el camión. Y también, siéndole muy fial a lo que es ser un buen policía mexicano, no tardaron en llegar ni 1 minuto los polis, luego luego a ver que tano me podían sacar.
De verdad le agradezco a Gonzalo, a Paco y a Roy que me echaron la mano, por que de verdad no se que hubiera hecho yo... Terrible, pero muy cierto. A fin de cuentas, después de sacarme una muy buena lana, las cosas se arreglaron, y llegó el seguro. El saldo de mi cuerpo: No mucho un golpé ligero en la frente, el dolor en el pecho y la espalda por el cinturón de seguridad (de verdad úsenlo, por que salva vidas) y pues el dolor en general por que me contraje todo...
Pero a todo esto, ¿por qué escribo esa pesima experiencia? Por que me hizo darme cuenta de muchas cosas... De que por unas cuantas irresponsabilidades, puedes perder todo de un momento a otro. Me hizo darme cuenta de lo bueno y la bendición que es contar con amigos que sabes que te van a apoyar cuando más lo necesites. Pero creo que mas allá de todo eso, me hizo darme cuenta de por lo menos una cosa muy grande que tengo que corregir en mi mismo... Por que por ese error puede haber hasta muerto...
A fin de cuentas, el día transcurrió como se lo puede esperar uno. Todo el día adolorido, pero por lo menos estuvo aquí un rato mi novia para cuidarme y que todo estuviera bien conmigo, cosa que le agradezco muchísimo. Lamentablemnete, después de que me estuvo cuidando, cuando iba de regreso a su casa, la asaltaron. La verdad es que si me siento un poco mal, un poco culpable... Pobrecita, es la segunda vez que la asaltan en el camión.
Ahora sólo me queda aguantarme la pena, el enojo conmigo mismo y la impotencia de no tener el carro, y que bueno, es una buena lección a fin de cuentas. Hasta el lunes voy a poder saber bien a bien que es lo que va a pasar con mi carro... Y pues, ni modo la vida sigue, y tengo que dar gracias que yo esté en una sola pieza, sólo con dolor....