Ayer tuve un sueño hermoso... Tal vez lo mejor que he soñado en mucho tiempo. Nada impresionante. En este sueño no hubo grandes aventuras, o extraordinarias hazañas. No. Sólo éramos tu y yo. Tú llegabas a mi casa, hablábamos, no recuerdo de que, y sin más, te abracé. Era un abrazo donde quería decirte todo lo que no encuentro palabras para expresar. Un abrazo profundamente hermoso. Un abrazo sincero.
Tu me abrazabas mientras decías "Te quiero". Fue como ese último abrazo, al final del camino, que tanto recuerdo.
Al final, antes de despertar de ese sueño, sólo recuerdo que estábamos sentados abrazándonos. Mi brazo alrededor de tus hombros, tu, abrazando ese brazo.